Sobre mí
Me llamo Lidia y estoy formada como Maestra de Educación Primaria y como Doula, y me autodenomino como activista por los derechos de la infancia.
Al empezar a trabajar como maestra en colegios, me di cuenta de que a pesar de disfrutar de la docencia, quería acompañar y proteger a la infancia desde otro lugar.
Empecé a cuestionarme que las criaturas, desde una edad muy temprana, pasaban largas jornadas fuera de sus casas, lejos de sus madres y/o padres. Dejé de ver las escuelas como centros educativos para verlas como cárceles, lugares en el que depositar a los niños y niñas mientras los adultos seguimos con nuestra rutina, de la que muchos tampoco estamos conformes.
Al mismo tiempo, me di cuenta de que muchas familias estaban contrariadas con el hecho de tener que escolarizar a sus hijos e hijas tan pronto, pero para la gran mayoría, esta era la única manera de conciliar, y las pocas privilegiadas que podían elegir, muchas veces optaban por escolarizar como consecuencia de la presión social que sufrían. También fui consciente de la gran necesidad que muchas familias tenían de ser escuchadas.
Fue entonces cuando elegí ocupar otro eslabón dentro de la cadena de cuidados y decidí que cuidar de quien cuida, las madres y las familias, sería mi manera de acompañar y proteger a la infancia, y me formé como Doula.
Tras esta formación me di cuenta de que ya no era la misma mujer, ni la misma amiga, ni la misma hija, ni la misma profesional, ni la misma ciudadana que antes. Cambié mi forma de mirar a las demás mujeres, a los niños y las niñas, y a las familias. La línea entre quién era y a qué me dedicaba se desdibujó porque descubrí que ser Doula es una manera de estar en el mundo.
“El cuerpo de la madre es el hábitat del recién nacido” es una de las célebres frases del neonatólogo Nils Bergman. Y yo la completo diciendo, en sentido figurado: “el cuerpo de la Doula es el hábitat de la madre”, porque es nuestro papel como doulas aportar seguridad, calma, confianza, bienestar y calor a la madre, del mismo modo que la madre a su bebé. Cuidar de quien cuida es nuestra labor.
¿Por qué contratar una Doula?
Continuidad
Estar acompañada por la misma profesional durante tu embarazo, tu parto y tu posparto permite que la relación entre ambas sea más estrecha, favoreciendo que la confianza, la calma y la seguridad reinen en ti y en tu familia.
Tiempo
Las sesiones de acompañamiento rondan la hora y media, dos horas. No hay prisa. Algunos servicios además, incluyen contacto regular a través de WhatsApp. Hay espacio suficiente para poner todo sobre la mesa y trazar un plan de acción para pasar de preocuparnos a ocuparnos.
Prevención
Conocerte mejor a ti, a tu familia y tu hogar, me permite detectar cuanto antes cuándo algo no está yendo como debería y derivar al profesional correspondiente.